jueves, 27 de septiembre de 2018

Émilio Dubois


Louis Amadeo Brihier Lacroix, también conocido por sus alias Émile Dubois, Emilio Dubois, Émile Murraley o Emilio Morales, fue un ladrón y asesino en serie francés.

Este ladrón y asesino logró fama en Chile a comienzos del siglo xx, al ser acusado y posteriormente condenado por matar, entre 1905 y 1906, a cuatro europeos que eran connotados hombres de sociedad. Ellos fueron: Ernesto Lafontaine, comerciante francés y primer alcalde de Providencia —entre 1897 y 1900-, Gustavo Titius, empresario alemán; Isidoro Challe, comerciante francés; y Reinaldo Tillmanns, comerciante alemán.

El asesinato de Ernesto Lafontaine

El primer asesinato de Dubois registrado en Chile ocurrió en Santiago. El cuerpo de Ernesto Lafontaine fue encontrado por Román Díaz, regidor y amigo personal de la víctima, en el escritorio en la oficina que Lafontaine tenía en la calle Huérfanos. Su cuerpo se encontraba mutilado a golpes. Entre otras pertenencias, desapareció un reloj de oro, las llaves de la caja fuerte y dinero en efectivo. Finalmente, este reloj de oro sería un elemento de prueba fundamental, para establecer la culpabilidad de Dubois durante el juicio en su contra, llevado a cabo en Valparaíso.

Los asesinatos en Valparaíso

Finalmente, los hechos que lo hicieron tristemente célebre tuvieron lugar en la ciudad de Valparaíso, donde asesinó a los comerciantes Tillmanns, Titius y Challe. Cuando intentó asesinar al dentista inglés Charles Davies, poco antes del terremoto de 1906, fue capturado y sometido a juicio, siendo ejecutado por un pelotón de cuatro fusileros el 26 de marzo de 1907.

Según los cronistas de la época, las víctimas de Dubois eran usureros, por lo que el pueblo lo tildó en una especie de Robin Hood chileno, considerando los asesinatos como actos de justicia del proletariado contra la burguesía.​

Desde entonces, la cultura popular lo ha elevado al estatus de santo popular, transformando su cenotafio (no es una tumba, porque allí no están los restos de Dubois) ubicada en el cementerio de Playa Ancha (Valparaíso), en una venerada animita llena de innumerables placas de agradecimiento por favores concedidos.

Si escribo sobre este protagonista es por 3 razones:

1) El profe me dijo.
2) Me interesaba porque mi abuela me contó sobre él.
3) Porque su historia se notaba interesante.
4) Me vale.

Yarissa Palma 8°A

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